jueves, 13 de agosto de 2015

Son las pequeñas cosas...

Que dulce el momento en que me puedo sentar y dedicarme a darle una dirección a mi verborrea... Como me encanta escuchar el silencio que ofrece un ruido constante, como en este caso un aire acondicionado de una tienda... Y... Aún la gente que me pasa al lado no me sacara de mi trance creador muahahaha.

Siempre me he sentido fascinado por el hecho de escribir, pues mi mente reúne muchos pensamientos que dan vueltas en mi cabeza queriendo explotare y que usualmente salen todos en un sólo momento... Haciendo que olvide lo que quería decir, que no preste atención o peor: que me calle.

Últimamente las ideas de cosa por escribir se acumulan, siempre digo "ah esto sería una buena historia que contar" y jamás la término por otras cosas que hago... Y me da dolor ver con el tiempo como la simple idea de un posible buen libro se perdió en los vastos descuentos de mi memoria...

Jamás he podido recuperar una idea que se perdió, es como si por un breve instante llegara a mi toda una historia, desde sus comienzos, hasta su final, y simplemente al haberla acabado en mi cabeza, se acaba para siempre y se pierde cualquier registro de lo que pudo ser.

Espero que un momento pueda continuar con más tiempo para dedicarme a eso de lleno

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